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Hay veces que mirar atrás no sirve. O al menos eso queremos creer. Pasado, una obra que forma parte de la serie y del libro Vilipendios, acompaña al poema de Sara Spínola que reflexiona sobre las huellas de lo que fuimos, sobre ese miedo al arrepentimiento que llega tarde, cuando ya no se puede cambiar lo vivido. Es una obra que habla de la huida. De ese momento en que decides no mirar atrás porque lo que hay detrás pesa demasiado.
La figura central es un gato antropomórfico que camina sin girar la cabeza. Tiene ojos en cruz —como los dibujos animados que representan a los muertos— y una pose casi absurda, como si huyera sin saber bien a dónde va. Dos pies humanos lo empujan hacia delante. Detrás, una mancha roja viva, agresiva, parece gritarle, recordarle lo que ha dejado atrás. Pero él no se gira. No porque no sepa, sino porque no quiere saber. El rojo lo mancha igual, lo alcanza igual. Pero prefiere seguir adelante.
La simbología del gato aquí es especialmente potente. El gato es un ser liminal: entre la vida y la muerte, entre lo doméstico y lo salvaje, entre lo sagrado y lo profano. Es un animal que recuerda, pero no perdona. Y si está muerto, como en esta obra, se convierte en un fantasma: el eco de una culpa que camina a tu lado aunque no la mires. El gato muerto es símbolo de lo que no termina de irse, de lo que arrastras incluso cuando crees haberlo dejado atrás.
La técnica mezcla una mancha inicial de decalcomanía con acrílico rojo —violenta, desbordada— y una figura dibujada, pintada con acuarela semi seca, delineada con intención figurativa y surrealista. El resultado es una escena que parece caricatura, pero esconde algo mucho más serio.
Recuerdo que esta obra la pinté después de uno de esos días en los que te cruzas con alguien del pasado por la calle, finges que no lo has visto, y después pasas toda la tarde reprochándote no haber saludado. El encuentro no ocurrió, pero en tu cabeza se desarrolla la conversación entera: lo que dirías, lo que te diría, lo que no quieres volver a oír. Esa misma tarde salió este dibujo. Como si ese reproche no dicho necesitara salir por alguna parte.
Pasado no te obliga a mirar atrás. Pero te pregunta qué harías si lo hicieras.
Y si esa pregunta te resuena, puedes escribirme a evangb@me.com para conocer más o hacerla tuya.
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