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115,00 €
Técnica: Nogalina, lejía y grafito
Soporte: Papel de acuarela 120 grs.
Medidas: 34,7 cm X 24,7 cm
Año de realización: 2009
Desde el primer trazo, mi intención con esta obra melancólica de arte figurativo fue capturar una emoción que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos experimentado: la soledad. Esta pieza, creada al natural, busca expresar esa sensación íntima y casi subconsciente de estar rodeado, pero a la vez, completamente solo. El contraste entre las figuras humanas y el entorno difuso es una representación de la lucha interna que enfrentamos al tratar de conectarnos con los demás y con nosotros mismos.
La obra muestra a dos personajes, un hombre y una mujer, que, aunque están juntos en el espacio físico, parecen estar completamente desconectados. El cuadro figurativo es una muestra clara de cómo, a través del arte figurativo contemporáneo, se puede explorar y exponer las emociones más profundas y, a veces, más oscuras del ser humano. El hombre, con su mirada perdida y su postura rígida, refleja una expresión melancólica. Mientras tanto, la mujer, sin rostro definido y ocupada en su lectura, representa esa indiferencia que a veces sentimos ante el mundo que nos rodea.
Utilicé una combinación de técnicas para darle vida a esta pieza. Por un lado, la mancha difusa y vaporosa del fondo contrasta con las sombras marcadas, especialmente en los rostros y en los puntos de mayor interés. Esta técnica mixta en pintura figurativa permite que el espectador se sumerja en el espacio emocional de los personajes, percibiendo la tensión y la desconexión entre ellos. La luz, tenue y casi inexistente, enfatiza aún más la sensación de aislamiento y la intimidad de la escena.
La elección de un cuadro intimista no fue casual. Quería que esta obra fuera un reflejo no solo de la melancolía, sino también de la fragilidad humana. El trazo primigenio, la primera línea que surge casi sin pensar, fue esencial para mantener la frescura y la naturalidad de la composición. Más que buscar una obra «bonita», mi objetivo era capturar la naturalidad del primer trazo, esa frescura que solo un boceto rápido puede ofrecer. Esta espontaneidad es lo que da vida y autenticidad a la pieza.
El arte de figuras humanas siempre ha sido una herramienta poderosa para explorar temas universales como la soledad, el amor y la desconexión. En este caso, la representación artística de la soledad se manifiesta no solo en la composición y en las expresiones de los personajes, sino también en los detalles sutiles, como la falta de comunicación entre ellos y la luz que parece alejarlos aún más.
Esta obra es para aquellos coleccionistas de arte que buscan piezas que no solo embellezcan un espacio, sino que también inviten a la reflexión y al diálogo interno. Es una obra pictórica introspectiva que, aunque puede ser vista como una simple representación de dos personas, tiene capas de significado que se revelan con cada mirada.
En resumen, este cuadro figurativo es una exploración profunda de la melancolía y la soledad, una pieza que captura la esencia de lo que significa estar solo en medio de una multitud. A través de trazos decididos y sombras marcadas, he buscado expresar no solo la desconexión entre los personajes, sino también la introspección que esta genera en cada uno de nosotros. Esta obra es, sin duda, una pieza única para cualquier coleccionista que aprecie el arte figurativo contemporáneo y que busque agregar a su colección una obra cargada de emociones y significado.
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